Elección marcada por la violencia en Venezuela
Asesinato de líder disidente a tan pocos días de los comicios legislativos impactará al electorado pero la mayoría legislativa de la oposición sería estrecha.
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El asesinato de un líder de la oposición a fines de noviembre marca una preocupante nueva fase en el tenso clima político de Venezuela. Las autoridades se movieron rápido para arrestar a los supuestos culpables, pero el ataque va a reforzar las preocupaciones en el electorado por la creciente violencia criminal a sólo días de las elecciones legislativas del domingo. Un mayor número de votantes indecisos probablemente se va a presentar, y ahora esperamos que la oposición asegure más escaños que el gobernante PSUV, aunque una mayoría legislativa amplia parece fuera de alcance.
La tensión política ligada a las elecciones viene escalando desde hace meses. Sin embargo, se volvieron particularmente intensas desde el inicio oficial de la campaña el 13 de noviembre, con la oposición denunciando que los partidarios del gobierno han realizado numerosos ataques contra las actividades de los candidatos opositores, afectando la imparcialidad del proceso e intimidando a los electores.
La situación dio un marcado giro para peor con el asesinato de un líder opositor local el 26 de noviembre durante un acto de campaña en el estado central de Guárico. El evento estaba cerca de terminar cuando hombres armados dispararon, asesinando a Luís Manuel Díaz, que estaba sentado en el podio. Lilian Tintori—esposa del encarcelado líder opositor, Leopoldo López—también se encontraba en el estrado, pero no fue herida.
Rápida acción
El partido político de Díaz, Acción Democrática, inmediatamente culpó a los militantes del gobernante Partido Social Unido de Venezuela (PSUV). Tintori también ligó la muerte de Díaz a la amenaza de su propio posible asesinato por parte de fuerzas ligadas al gobierno y por las cuales rechazó la oferta de las autoridades de protección.
El gobierno se defendió vehemente, atribuyendo inicialmente el tiroteo a una batalla entre sindicatos (Díaz era miembro de un sindicato de la construcción) o a un ajuste de cuentas entre pandillas. El presidente Nicolás Maduro también declaró que Díaz era miembro de una organización criminal llamada Los Plateados. Moviéndose rápidamente para limitar cualquier daño a las ya debilitadas encuestas de opinión del PSUV, Jorge Rodríguez, alcalde de Caracas, anunció el 30 de noviembre que los autores habían sido identificados. Al día siguiente, tres hombres fueron arrestados bajo sospecha de haber realizado los disparos.
Impacto significativo
Pese a la rapidez con que actuó el goberno para despejar las sospechas sobre su posible participación, el asesinado de Díaz de todos modos va a tener un significativo impacto sobre las elecciones. La gran proximidad con los comicios significa que no habrá suficiente tiempo para que la tensión se disipe antes de estos. Junto con la muy golpeada economía, el tema de la violencia criminal es una preocupación clave del público y uno que puede hacer que los votantes se pasen a la oposición. El hecho de que el asesinato fue perpetrado durante un acto público fue particularmente chocante y —a pesar del arresto de los tres supuestos culpables— reforzará las preocupaciones sobre la seguridad.
El tiroteo se produjo en un momento complicado para el gobierno, con la economía tomando un nuevo giro para peor, con los precios del petróleo hundiéndose a nuevos mínimos este año. Una inflación rampante, escasez de productos de consumo básico, corrupción y deterioro de la infraestructura también figuran en un alto lugar entre las preocupaciones de los votantes. El gobierno dice que estos problemas son resultado de la guerra económica lanzada por los actores del sector privado a nivel local e internacional (particularmente estadounidenses). Pero el público se está cansando de oír siempre la misma explicación.
El hecho de que las encuestadoras tengan un registro tan pobre de aciertos hace difícil evaluar el probable resultado de las elecciones después del atentado. Los sondeos han estado indicando consistentemente que la oposición va a ganar más asientos que el PSUV con varias firmas pronosticando que la oposición podría asegurar una mayoría legislativa viable. Economist Intelligence Unit se mantiene desde hace tiempo más cauta, apuntando a que las perspectivas para el gobierno son mayores de lo esperado, gracias a que el PSUV se beneficiará probablemente de su control de los medios, un mapa electoral que está fuertemente sesgado en favor de los bastiones rurales del PSUV y un control total de las instituciones. La impresionante maquinaria electoral del PSUV (incluyendo una red de buses para transportar a sus partidarios a los lugares de votación) también ayuda a movilizar a sus votantes.
A la luz del asesinato de Díaz, ahora pensamos que la oposición probablemente va a tener un mejor desempeño que lo anticipado. Todavía hay un amplio grupo de denominados votantes “ni-ni” (que no apoyan ni al PSUV ni a la oposición); esos votantes han sido clave en procesos previos, ya sea aliándose al gobierno o absteniéndose. El ataque probablemente va a hacer que un mayor número de ellos se presenten a votar; y pensamos que más de ellos van a votar por la oposición. Esto probablemente va a darle a la oposición una mayoría simple en la Asamblea Nacional; una “super mayoría” de tres quintos (que le daría muchos mayores poderes legislativos) parece fuera de discusión. Sin embargo, una mayoría simple aún podría resultar significativa y va a fomentar las especulaciones de que estamos al inicio de un proceso de transición política.
Riesgos post electorales
La elevada tensión política probablemente no va a pasar tras las elecciones. Si el PSUV sufre una fuerte derrota, no es seguro que vaya a reconocerla. Y si lo hace, su visión es tan distinta de la de la oposición que la posibilidad de colaboración sería nula, llevando a una parálisis. Si la victoria de la oposición es más estrecha podría denunciar fraude (ante la ausencia de observadores internacionales). Ambos escenarios generarían protestas. En este contexto hay pocas esperanzas de una transición suave en la Asamblea Nacional.